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La artrosis empieza con frecuencia con una sensación de rigidez por las mañanas en una articulación.
Uno siente como si le fueran metiendo un clavo en la rodilla, en la espalda o en la cadera; otras veces son las manos las que duelen tanto que hasta el gesto cotidiano más simple se convierte en un auténtico suplicio.
Estos dolores llevan a muchas personas a pensar que sus articulaciones están desgastadas, que ya han dado de sí todo lo que tenían que dar y que no se puede hacer otra cosa que apretar los dientes y atiborrarse de analgésicos.
Pero no es así en absoluto cómo funciona la cosa: su cuerpo es un ser vivo y las articulaciones tienen la capacidad de regenerarse, siempre que les aporte los nutrientes que necesitan para vivir y fortalecerse. Así lo demuestran los últimos estudios científicos, que le harán ver que es posible aliviar sus dolores y devolver a sus articulaciones la movilidad y la flexibilidad.
Se ha producido un giro sustancial en el tratamiento de la artrosis a raíz de la publicación del importante estudio The Moves. En él se hizo un seguimiento de un total de 606 pacientes que padecían artrosis primaria de rodilla con dolor de moderado a severo durante seis meses en 42 centros médicos de Francia, Alemania, Polonia y España. (1)
Los resultados del estudio se presentaron en junio de 2014 en el Congreso Europeo Anual de Reumatología, e indican que los efectos combinados de la condroitina y la glucosamina, sustancias presentes de forma natural en el organismo, son comparables a los que se obtienen con antiinflamatorios.
Este estudio ha abierto los ojos a muchos profesionales de la salud, aunque los resultados que presenta no son totalmente nuevos. Otras investigaciones ya habían mostrado antes la importancia de una suplementación con glucosamina y condroitina. Así, dos estudios clínicos llevados a cabo en personas que padecían artrosis de rodilla mostraron que la ingesta diaria de 1.500 mg de sulfato de glucosamina durante tres años permite bloquear el avance de la enfermedad. (2)
En un estudio controlado doble ciego llevado a cabo en 120 personas que padecían artrosis de rodilla, la utilización de sulfato de condroitina durante un año permitió reducir el dolor de los pacientes y detener la destrucción del cartílago. (3)
La enorme ventaja de estas dos sustancias naturales es que son totalmente seguras y no provocan ninguno de los efectos indeseables ligados a los antiinflamatorios cuando se toman durante un tiempo prolongado (destrucción del cartílago, perforación gastrointestinal...).
La glucosamina es un aminoácido que el organismo fabrica de forma natural a partir de la glucosa y la glutamina. En cuanto a la condroitina, se trata de un componente esencial del cartílago.
Estos nutrientes actúan de manera muy diferente a los fármacos contra el dolor, ya que poseen la capacidad única de penetrar en el líquido sinovial.
El líquido sinovial es una sustancia viscosa, transparente y ligeramente amarillenta que baña las articulaciones, cuya función esencial es asegurar la lubricación de éstas y alimentar el cartílago. Para desempeñar sus funciones correctamente, el líquido sinovial necesita cantidades suficientes de glucosamina y condroitina. Estos nutrientes hacen posible la fabricación de proteoglicanos, moléculas esenciales en la biología de las células del cartílago.
El problema es que el contenido de glucosamina y condroitina en el líquido sinovial va disminuyendo con la edad, que es la razón por la que el cartílago puede endurecerse, agrietarse o provocar dolores.
Según el estudio The Moves, para ser eficaz en pacientes que padecen artrosis severa el contenido combinado de glucosamina y condroitina debe ser de 1.500 mg de glucosamina y 1.200 mg de condroitina.
La acción de la glucosamina y la condroitina se ve reforzada por el metilsulfonilmetano (MSM), una sustancia activa natural presente en cantidades ínfimas en determinados alimentos (huevo, leche, cebolla) y que refuerza la producción espontánea de sulfato de condroitina, sulfato de glucosamina y ácido hialurónico, las sustancias que confieren elasticidad a las articulaciones.
Gracias al azufre que contiene, el MSM contribuye a mantener en buen estado los tejidos conjuntivos (tendones, dermis profunda, colágeno y cartílago, entre otros). El azufre es esencial para la acción del glutatión, un neutralizador de radicales libres muy potente, necesario para la formación y la restauración de la matriz celular del cartílago.
Un estudio doble ciego ha mostrado una reducción del 82 % del dolor en pacientes artrósicos tras un tratamiento de seis semanas y otro estudio publicado en 2011 demuestra el efecto del MSM en pacientes con artrosis. (5) (6)
Varios estudios clínicos han demostrado que los resultados obtenidos por la combinación de glucosamina, condroitina y MSM son mejores que cuando se toma por separado cada producto.
Según los resultados de un estudio publicado en 2009, se observa una mejoría significativa de la movilidad de las articulaciones en aquellas personas a quienes se asigna una combinación de glucosamina y MSM. Si bien a cada uno de estos productos se le atribuye eficacia para aliviar los dolores de la artrosis, es la combinación de ellos la que ofrece mejores resultados. (7)
El harpagofito es una planta originaria de África que también se conoce como “garra del diablo”. Se ha demostrado mediante estudios científicos que esta planta tiene la capacidad de reducir el nivel de citoquinas, los agentes ligados a la inflamación. (8)
Un estudio publicado en 2003 revela una notable reducción del dolor y de los síntomas de la artrosis en 75 pacientes tratados con harpagofito. El dolor remite entre un 25 y un 45 %, mientras que la movilidad aumenta otro tanto. Además, como los omega 3, inhibe las enzimas que digieren el cartílago. (9)
Otros estudios han revelado igualmente que el harpagofito es como mínimo tan eficaz como los coxibs (inhibidores de la ciclooxigenasa que se venden con distintos nombres comerciales: Celebrex, Artroxil, Celecoxib, Miodar...), pero tiene muchos menos efectos indeseables. (10)
no es un remedio milagroso (como por otra parte tampoco lo son los fármacos antiinflamatorios) que le vaya a librar de los dolores en unos días. Si la artrosis ya lleva años afectando a su cuerpo, es poco realista pensar que vaya a librarse de ella de la noche a la mañana.
Todos los estudios realizados sobre el tema señalan de hecho que un tratamiento de larga duración es lo que le va a permitir:
Dé una oportunidad a sus articulaciones, incluso si ya había perdido las esperanzas. Verá que si todos los días les aporta los nutrientes que necesitan, recuperarán poco a poco su flexibilidad y elasticidad y los dolores disminuirán.
Fuentes:
2019-02-06
Artrosis cuando las articulaciones dan problemas
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