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Características:
El cardo mariano es una planta cuyos frutos y semillas se han utilizado durante más de dos mil años como tratamiento de los trastornos del hígado y el conducto biliar. El nombre botánico del cardo mariano es Silybum marianum. El cardo mariano también se llama cardo santo, cardo lechero o lechoso, cardo de María, cardo de Santa María, cardo de Nuestra Señora, alcaucil o alcachofa silvestre.
De entre las numerosas plantas consideradas “buenas para el hígado”, el cardo mariano destaca en particular por varias razones, mientras que la mayoría de estas plantas sirven para estimular el flujo biliar, el cardo mariano es sobre todo un protector y regenerador de las funciones de este órgano.
Así, tiene dos funciones principales:
1. Impide a los agresores -estrés, alcohol, contaminación, medicamentos…- alterar el funcionamiento de las células hepáticas. En países como Suiza y Bélgica se emplea incluso para contrarrestar las intoxicaciones por Amanita phalloides, una seta potencialmente mortal, utilizándose parenteralmente un preparado a base de hemisuccinato sódico se silibina (equivalente de silimarina) a dosis de 20mg/kg de peso cada 2 h administrado en perfusión durante 24 H.
2. Estimula la regeneración celular de las funciones hepáticas para permitirles reanudar su actividad -desintoxicación, producción de bilis...- cuando han sido atacadas.
Principios activos:
La silimarina, que se encuentra en las semillas del cardo mariano, es una mezcla que contiene compuestos como silibina, isosilibina, silicristina e isosilicristina, silidianina y taxifolina. En la mayoría de los estudios se investigó la silimarina o la sibilina, en vez de la planta entera.
¿Cómo se toma o administra el cardo mariano?
En general, el cardo mariano se suele tomar por vía oral en cápsulas o comprimidos. Tanto los facultativos como los usuarios pueden tener preferencia por alguna forma en particular, cuyos efectos hayan podido verificar, pero lo cierto es que todas las formas galénicas descritas a continuación son interesantes.
Debe optarse por una u otra en función de su aplicación práctica y de los gustos:
• Semilla molida en polvo, que puede servir para espolvorear los platos, dándoles un sabor agradable. Posología: de 12 a 15 g (entre 1 y 2 cucharaditas) de polvo al día, repartidos preferentemente entre la comida y la cena. Si se opta por consumirla en cápsulas, la dosis puede variar entre 900 y 2.000 mg/día.
• Extracto seco titulado en silimarina. Posología: en caso de un extracto titulado al 80% de silimarina, se toman de 120 a 240 mg de 1 a 3 veces al día.
• Extracto de planta estandarizado (EPE), extracto de planta fresca (EPF) o suspensión integral de planta fresca (SIPF). Posología: 1 ó 2 cucharaditas 3 veces al día.
• Extracto hidroalcohólico. Posología: de 20 a 50 gotas 3 veces al día.
Las decocciones e infusiones son mucho menos activas que las formas aquí mencionadas, ya que la silimarina es poco soluble en agua. Aunque siguen siendo interesantes para potenciar los efectos, no bastan para beneficiarse de la acción como regenerador hepático del cardo mariano.
2018-08-02
Cardo mariano un amigo indespensable del higado
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